Cómo hacer una colonia de mandarina

Siempre solemos tener algún cítrico en nuestra cocina. Ya sean naranjas, limones, mandarinas, pomelos, limas… y los consumimos habitualmente pero ¿les sacamos el máximo partido?

Las cáscara de los cítricos son un manantial de antioxidantes que cada vez se utilizan más tanto en medicina como en cosmética, pero en la cáscara también, es donde se mantienen los aceites que proporcionan a la fruta su aroma cítrico. Así que, después de disfrutar de un par de mandarinas he aprovechado las cáscaras para elaborar una deliciosa colonia de mandarina.

La mandarina es muy utilizada en el sector de la perfumería. En aromaterapia, es uno de las esencias más empleadas ya que revitaliza y fortalece el organismo en cuadros de ansiedad, nerviosismo, estrés, insomnio.. Aleja la tristeza y la melancolía generando entusiasmo, fuerza y alegría. En resumen, es un buen sedante y tranquilizante natural que además estimula el apetito, posee propiedades digestivas y como he dicho antes es antioxidante.

¿Cómo hacer una colonia o fragancia de mandarina?

Necesitaremos (para 100 ml de fragancia):

• La cáscara de una o dos mandarinas secas o frescas.
• 25 ml de agua
• 25 ml de alcohol
• 1 envase pulverizador

Elaboración:

• Tanto si ponemos las cáscaras a secar como si las utilizamos frescas, debemos retirar a parte blanca dejando la piel lo más limpia posible.
• Machacamos la piel un poco con un mortero para que nuestra colonia se impregne bien de la fragancia.
• Introducimos las cáscaras en un frasco con cierre hermético y añadimos el alcohol y el agua.
• Cerramos el frasco y lo agitamos durante unos 30 segundos.
• Dejamos reposar en un lugar fresco y oscuro durante 15 días.
• Durante este periodo debemos agitar el frasco cada día unos 30 segundos.
• Pasados los 15 días ya podemos filtrar, envasar y tenemos nuestra colonia de mandarina lista para usar.